Kim Høltermand y la gente que consigue sus propósitos. Dresslab. Enero



Empieza un año nuevo y, conscientemente, nos centramos en el 14 y en que el 2013 se acabó, en lugar de ver que un mes más al 31 le sigue el 1 y al martes el miércoles.

Necesitamos darnos una nueva oportunidad para mejorar todo lo que llevamos años proponiéndonos mejorar, para pensar que este año sí que conseguiremos despejar las dudas que a menudo nos impiden avanzar. Este año sí que atravesaremos las nubes y alcanzaremos la claridad… Volveremos a escribir nuestras metas en una libreta y las releeremos con fe: esta vez sí.

He escogido las imágenes del fotógrafo autodidacta Kim Høltermand (1977) para ilustrar esta sensación de incertidumbre ante el año que acaba de invitarnos a compartir otros 365 nuevos días. Paisajes solitarios, desolados, en los que los juegos de luz y la niebla potencian la presencia de sus escasos elementos.

Escenas capaces de conseguir que las identifiquemos con nuestros estados de ánimo, con el futuro luminoso que nos espera al otro lado si seguimos desvelando incógnitas mientras caminamos hacia delante.
Quizá este diseñador gráfico danés amante de Suecia, se propuso cambiar de rumbo a principios de 2007 mientras escuchaba su música favorita -Sigur Rós, Moby, Trentemøller, Hammock, Max Richter…- y la popularidad que sus imágenes obtuvieron en las redes sociales, hizo que su sueño se convirtiera en realidad.
Ahora aconseja al resto de aspirantes a seguir un camino propio que confíen en su talento y se mantengan fieles a su estilo aunque no le guste a todo el mundo, aunque no lo consigan a la primera…

¿Y por qué no? Quizá todos nuestros tropiezos anteriores sí que nos han servido para aprender qué ruta elegir en el 2014, para desarrollar nuestros propios faros antiniebla -y hasta los anti-tinieblas- y para discernir cuál es la piedra más segura a la que agarrarnos hasta que pase la marea y podamos alcanzar la costa.

Feliz 2014 y a seguir intentándolo. Quizá esta vez sí…

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