El cantante
israelí se ha acostumbrado a que comparen su voz con la de Janis
Joplin / El remix de su Reckoning Song por
Wankelmut fue nº1 en media Europa / La gira Different Pulses agota
entradas por donde pasa
A
Asaf Avidan no le asustan los retos: dejó atrás una prometedora
carrera como animador para empezar desde cero en la música, cuando
triunfaba al frente de Asaf Avidan & The Mojos, decidió iniciar
su carrera en solitario...
Inicios Antes
de dedicarme a esto había escrito dos o tres canciones en toda mi
vida y sabía los cuatro acordes típicos en la guitarra pero nunca
aprendí a tocarla bien. Cuando rompí con mi pareja necesitaba
expresarme de una forma más inmediata -hacer animación lleva
demasiado tiempo-. Empecé a experimentar con ella como algo natural
y sentí que era lo que necesitaba.
Animación Conmigo
se podría hacer el chiste del hombre que no es capaz de hacer dos
cosas a la vez. Soy una persona que una vez elige algo, se enfoca
completamente hacia eso. Veo mucho cine pero no echo de menos la
animación. Obtengo todo lo que necesito en este momento de la música
pero sí que tengo el sueño de que cuando me retire, en mi casa
tendré un pequeño estudio donde podré dedicarme a hacer
stop-motion.
Escenario
Me siento mejor sobre el escenario que como público. Estoy mucho más
pendiente de mí mismo cuando asisto a un concierto y soy parte de la
audiencia
En solitario The
Mojos y yo tuvimos una relación complicada: era mi música y mis
decisiones sobre hacia dónde ir pero fuera del estudio éramos una
banda. Era una mezcla extraña. Ellos estaban cansados de no poder
hacer su propia música, como ahora hacen, y yo me sentía culpable
porque, no es que yo fuese un dictador, pero la única razón por la
que estoy en este mundo es para tocar mis canciones: yo no toco
versiones, no me divierto haciendo cosas de otros. Además, aunque
experimentábamos, acabamos siendo una banda de rock con un chelo.
Para el último álbum que grabamos juntos, yo usé sintetizadores en
la composición y al ir a grabarlo con ellos tuve que traducirlo a
sus instrumentos y sentí que estaba pervirtiéndolo así que yo
también estaba más limitado por el grupo. El proceso de escribir, componer y hacer mi parte, sigue siendo
el mismo. Sigo teniendo un grupo de músicos que tocan conmigo con
los que dialogar, lo único que es diferente es el sentimiento de
que no todo el peso está sobre tus hombros pero ahora, para bien o
para mal, soy responsable de mis propias decisiones y es más
sencillo, no hay distracciones sobre egos, conflictos...
- La música son muchas profesiones en una. Me gusta
considerarme cantautor, para mí es importante escribir las
canciones, cantarlas, grabarlas...
Personalidad. Intento pensar en los artistas que me gustan y
yo no sé cuál es la personalidad de Tom York pero me encanta
Radiohead y voy a ir a ver a Roger Waters The Wall aunque él es
anti-israelí, pero no me importa. A mí me gusta su música, creo
que conecto con una parte de personalidad que aflora a través de su
música. The Wall es un álbum muy personal y puedes escucharle a él
en su arte pero para mí la personalidad no es lo importante. He
estado en un par de conciertos de Leonard Cohen, que es el músico
que yo más admiro, y he pensado en ir a verlo y me he dado cuenta
de que para mí lo importante es verlo en el escenario, no en el
backstage.
-
¿Y David Bowie?
- Su personaje va más allá de la música, pero yo no soy un gran fan de él. Me gustan sus canciones pero yo me siento más cercano a artistas como Bob Dylan, no sé si es el mejor ejemplo, pero quiero decir a músicos que son iguales sobre el escenario y cuando bajan de él. Cuando empecé a hacer conciertos fuera mucha gente me sugirió cambiar mi nombre por algo que sonase más internacional pero para mí es ridículo: este soy yo y aunque sea difícil de pronunciar, no me voy a ocultar. Tampoco en las entrevistas.
- Tengo confianza en mi música, creo en lo que hago y creo que merece estar donde está y por eso invierto tanto tiempo en ello pero no soy una persona muy segura de sí misma.
Componer. Desgraciadamente cuando estás feliz, no te
sientas solo en un rincón oscuro a escribir; estás ocupado siendo
feliz. Lo haces cuando estás triste, deprimido, sientes dolor,
melancolía... pero creo que esas son las emociones reales. Me siento
privilegiado en los pequeños momentos en que soy feliz, los
considero una distracción. Mis emociones más constantes son el
dolor, la melancolía y una especie de fatiga por tratar de entender
sin encontrar respuestas. Es un estado de búsqueda filosófica y
psicológica.
Dirigir vídeos. Cada canción es una extensión diferente de mí
mismo, no puedo elegir entre ellas. Love it or leave estaba sonando
en la radio y queríamos hacer un vídeo pero no encontrábamos un
director con el que nos apeteciera trabajar. Había encargado esta
máscara de mí mismo por internet y la tenía en el salón de mi
casa esperando que alguien hiciera algo con ella. Al final, llamé a
mi discográfica y les ofrecí dirigirlo. Solía salir con una
bailarina de una compañía de danza contemporánea muy conocida y
ellos también tenían muchas ganas de hacer algo. Yo quería hacer
algo muy simple, honesto, sin trucos, sin sexo, solo desnudez. Cuando
lo enseñé a la discográfica estaban sorprendidos pero para mí es
algo natural. Habla de aceptarse a sí mismo. Nadie se siente cómodo
exponiéndose totalmente. Ellos se exponen usando mi cara y yo me
expongo usando sus cuerpos. Es una metáfora física.
Visibilidad. El arte está para representar a la música y no al
artista. El artista es solo una herramienta. Los álbumes que me
gustan, como los de Pink Floyd, o los vídeos de Michael Gondry
aportan una nueva dimensión; no solo poner la cara del artista, como
las discográficas quieren. Hasta este último álbum en el que
seleccioné al artista y le dije un poco mi idea y le dejé hacer; yo
siempre fui el director artístico de mis portadas. Supongo que venir
del mundo del arte hace que les dé mucha importancia.
¿En busca de inspiración?
- En busca de tranquilidad. Absorbo tanta gente, emociones, sentimientos, altibajos... que necesito tiempo para asimilarlo.
Un deseo para 2014. Continuar como estoy.
Quizá menos estresante. Echando la vista atrás, este verano fue
ridículamente duro físicamente, no emocionalmente: hicimos unos 40
festivales.
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