No
sé si cuando la madre de Ana García le recomendó que hiciera de su
pasión su trabajo podría haber imaginado que esa pasión le iba a
llevar tan lejos. Seguir su pasión por la moda y el oficio de la
sombrerería la llevó a aparcar las oposiciones a la carrera
juducial y fiscal, empezar a diseñar bolsos y artículos de
bisutería y, animada por la buena acogida de sus creaciones,
formarse en la London College of Fashion. Cuando volvió a Sevilla,
abrió su primera tienda de tocados, sombreros y complementos
elaborados a medida o en series limitadas de forma artesanal.
Ana
habla de los inicios de Cherubina hace diez años y cuenta que
bautizó su marca con el nombre de su abuela gallega: “una persona
fuera de lo común que me sigue inspirando y dando ánimo diariamente
aunque ya no esté”. También recuerda que comenzó “en un local
muy pequeñito con una máquina de coser y mucha ilusión por mostrar
al mundo toda mi creatividad. Desde el principio fue un no parar.
Hasta ahora no sé lo que es el descanso”. Quizá sea una mezcla de
esa creatividad, esa constancia y su buen hacer los que le han valido
el premio a la empresaria del año 2008 otorgado por la Cámara de
Comercio de Sevilla y el premio Aster al mejor emprendedor que
entrega ESIC.
Ana se encarga de elaborar cada diseño “a mano, desde cero y uno a uno. La importancia se la doy a los acabados, quiero que nuestros clientes sientan que tienen joyas entre sus manos. En general estoy siempre trabajando con las máquinas y con las manos. Empiezo con una idea y la elaboro de principio a fin, hasta el último acabado”.
Encargada como está de todo el proceso de creación, Ana cuenta que no puede pasar todo el tiempo que le gustaría en la tienda de cara al público: “Me encantaría tener todo el tiempo del mundo para atender a toda mi clientela y elaborar los sombreros, tocados y complementos a la vez, pero no es posible. Hoy en día me cito casi en exclusiva con las novias, que son las que necesitan una atención más especial por mi parte”.
Por
suerte, la marca sevillana cuenta en la actualidad con profesionales
que asesoran a sus clientas para lograr que
cada una destaque de forma personalizada. Entre los miembros del
equipo, hay una persona muy especial para Ana: “mi hermana Lucía
es mi mano derecha, es la que lleva el marketing y la comunicación”.
Ana reconoce la importancia que conceden a las redes sociales: “nos ocupan la mayor parte del día. En Facebook interactuamos instantáneamente con los más de 8.000 seguidores que tenemos. Nos dan sus opiniones y nos guían mucho en nuestro trabajo diario. En Pinterest también tenemos una comunidad internacional muy activa que a su vez da a conocer nuestro trabajo por todo el mundo”.
La
historia de la indumentaria está íntimamente ligada a los
complementos que acompañaron la ropa en cada momento, si Ana tiene
que quedarse con una época, ésa es la victoriana “me gusta
muchísimo su buen hacer y su elegancia”. Además de ese período,
sus piezas respiran de todo lo que le rodea: “el cine, el street
style, Nueva York, París... También lo retro y personajes como
Isabella Blow o Elsa Schiaparelli”.
Seguro que alguien al frente de una marca que no se conforma con distribuir sus creaciones en tiendas nacionales que concuerdan con su estilo y en los Corte Inglés de las principales ciudades, y que ha empezado a abrir mercado en Asia; tiene grandes proyectos por cumplir: “me encantaría crear una línea de trajes de novia con la marca Ani Bürech, la marca especializada en novias y en tocados de alta gama de Cherubina”. ¿Sabéis de dónde viene este nombre que evoca a sofisticada dama alemana? Probad a leer Cherubina al revés.
Tengo la impresión de que Ana García alcanzará su sueño.
PIES DE FOTO:
“Intento
transmitir una imagen impecable, muy limpia, romántica e innovadora
a la vez”.
“Llevo
en los genes la vena artística de mi madre, era profesora de BBAA y
es la que me lo va enseñando todo”.
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