Que alguien se haga llamar Pablo Salvaje ya es toda una poética y contundente declaración de principios: “Pablo es mi nombre y Salvaje, lo que siempre quise ser de mayor. Cuando eres salvaje, te acercas a tu lado animal y los animales no piensan en cosas raras como tener el mejor trabajo, la casa más grande o el coche más bonito, piensan en ser feliz con poco, un buen instinto de supervivencia y el cariño de tu entorno”.
También Salvaje
porque la creación es un acto pasional
para él: “cuando nos enamoramos estamos más creativos, cuando somos felices nos
sobran ganas de hacer y hacer. No entendería el arte de una forma cerebral y
calculada.”
Ya de niño sus padres le grababan los programas de
manualidades “que era como se llamaba en los 90` a toda esta burbuja craft".
Con 18 años, se embarcó con Betty en Sweet Tweet “hacíamos pastelería francesa
en miniatura en anillos, broches, colgantes... Ahí empecé a entender lo que era
ser emprendedor y ser tu propio jefe”.
Pablo se queja de que
en España el trabajo de un artesano abarca más tareas que la mera creación.
“Desgraciadamente sigue funcionando el "yo me lo guiso, yo me lo
como". En países como Noruega o Finlandia, los artistas tienen un gestor
de arte que trabaja mano a mano con ellos y se encarga de la comunicación, la
contabilidad y de dosificar el trabajo creativo de forma inteligente y con un
punto de vista externo. En España, se tiene que extender la cultura de comprar
piezas originales, de descubrir a artistas emergentes y apoyar ideas nuevas...
Sin eso, todavía tendremos que dividir nuestro horario entre crear y organizar
pero a mí me gustan más los estudios que las oficinas.”
¿Por qué elegiste el
carvado de sellos?
El carvado de sellos y la estampación requieren
muchos pasos. Da mucha libertad y nunca sabes el resultado hasta que levantas
el sello. Me atrae el factor sorpresa. Además, me he criado en una imprenta. A
diario veía imprimir pliegos y pliegos con máquinas enormes, rodeado de tintas
y mesas para diseñar. No hacía sellos pero tenía todos los materiales a mi
alcance para ello.
¿Cómo es tu espacio
de creación ideal?
Para mi, una superficie de madera es fundamental a
la hora de crear. Intento que en mi estudio estén presentes agua, tierra, aire
y fuego. El resto se completa de troncos, piñas, plumas, hojas, flores, restos
marinos, en fin, tesoros de la madre natura, que además de construir mi nido e
inspirarme, me traen recuerdos de los lugares y viajes donde los encontré.
Para Pablo, bailar es sinónimo de estar feliz. Debe
bailar mucho desde que se mudó de Sevilla a Barcelona: “estar feliz en lo
personal, se refleja en lo profesional. Barcelona es una ciudad con muchas
posibilidades artísticas y creativas. Está llena de estímulos. Existe un
equilibrio entre belleza, caos y naturaleza”
¿Qué es lo que
más te gusta de tu recién estrenado estudio?
Elegí este espacio
por sus techos altos, sus baldosas hidráulicas y sus ventanales de madera.
Además, es una cueva sin ruido ni prisas en pleno centro de la gran ciudad. El
espacio tiene mucha versatilidad: me da libertad para tallar, tejer, charlar
con amigos o que Lydia, mi compañera de vida, pueda pinchar su música y crear
una atmósfera diferente cada día. Eso me inspira.
¿Cuál será tu próximo
proyecto?
Tengo por delante un viaje a Tailandia y puede
cambiar tantas cosas que no marco ningún objetivo más allá, pero ando inmerso
en un proyecto para pequeños artistas titulado "Cómo ser un niño
salvaje".
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