Yang Fudong. Imágenes que atrapan
Aún
guardo la primera invitación que me llegó de una exposición de
Yang Fudong.
De entre todas las tarjetas recibidas, ésa consiguió desmarcarse y,
pese al paso de los años, es de las pocas que ha seguido superando
pruebas en forma de consecutivas limpiezas y alguna que otra mudanza.
Yang
Fudong
(China, 1971) fue
alumno de la Academia Nacional de Bellas Artes de Hangzhou y poco
después de licenciarse en pintura e interesarse por la fotografía y
el cine, se instaló en Shanghai persiguiendo un clima más abierto a
la creatividad.
En 2002 su obra fue presentada en la XI Documenta de Kassel y desde ese momento experimentó un imparable lanzamiento internacional.
En 2002 su obra fue presentada en la XI Documenta de Kassel y desde ese momento experimentó un imparable lanzamiento internacional.
Yang
compara rodar un audiovisual de estilo muy personal con el acto de
pintar: “Quería visualizar una imagen congelada de mi corazón
pero sentía la necesidad de profundizar y llegar más lejos”.
Fudong sentía la curiosidad de explorar cómo afectaban los rápidos
cambios que estaban teniendo lugar en la sociedad china en los
jóvenes que habitaban sus ciudades. Se preguntaba si la gente posee
una vida espiritual paralela, como a él le gustaría creer -“Quería
saber si el peligro que sentimos cuando nos acercamos a una serpiente
venenosa y la incertidumbre que experimentamos ante la niebla matinal
están asociados con esa realidad mística”-.
En
los últimos tres años, los temas principales en los que se centra
su obra son la relación entre tiempo, lugar, realidad y artificio y
el cuestionamiento de sus procesos de trabajo respecto a la veracidad
de lo que acontece en él. - “¿Qué es la realidad?, ¿qué es la
realidad para ti? Podemos enfocarla desde muy distintos ángulos que
están directamente relacionados con nuestra vida diaria”. A
Fudong le preocupa que en el set de rodaje desaparecen los límites
entre lo real y lo irreal; a mí me gustaría contarle que sus
imágenes transmiten sensaciones reales, que uno se acuerda de los
límites de la proyección o del marco cuando quiere saber cómo
sigue transcurriendo la historia en el espacio que queda fuera de
enfoque y cuando se detiene a contemplar la belleza de cada instante
captado por su cámara.
El
artista confiesa que posee un instinto de perseguir la belleza y la
perfección en cada proyecto que pone en marcha. Para conseguirlo, no
duda en ensayar y rodar las escenas tantas veces como haga falta,
tantas como para hacer una obra posterior con todos los descartes:
Dawn
Mist, Separation Faith.
Tampoco
duda en trabajar mano a mano con un diseñador, Yin Xiaoming, en el
que ha encontrado al cómplice capaz de traducir sus imágenes
mentales en escenario de sus rodajes.
Fudong
quiere probar cosas nuevas en cada trabajo, porque él se siente
diferente cada vez que termina una pieza, y sueña con espectadores
que acepten una ilimitada capacidad formal de los formatos
audiovisuales.
Cuando
tuve la oportunidad de viajar para ver una de sus exposiciones en
directo, no dudé en hacerlo. Creo que lo más significativo que
puedo decir al respecto es que no dudaría en volver a engañar al
primer amigo que pudiese para repetir la experiencia.
Fudong
prefiere no dar muchas explicaciones y dejar su obra abierta a todo
tipo de interpretaciones. Yo
os animo a pasaos por su web e interpretar.
Vídeo
con una muestra de varios trabajos:
http://www.youtube.com/watch?v=eq_l9pDkEuc
ENGLISH
YANG FUNDONG. Captivating images
I still have the first invitation I received for an exhibition of Yang Fudong. Among all the invitations, this is one that has managed to stand out from the crowd and, despite the years that have gone by, is one of the few that have survived the spring cleanings and the occasional move.Yang Fudong (China, 1971) was a student at the National Fine Arts Academy in Hangzhou and, after graduating in painting and acquiring an interest in photography, he moved to Shanghai in search of a more receptive creative climate. In 2002, his work was presented in Documenta 11, in Kassel and, since then, the diffusion of his work onto the international scene has been unstoppable.
Yang compares his personal style of filming with painting: “I wanted to visualise a frozen image of my heart, but I felt the need to dig deeper, to explore further”. He was curious about the effects on urban youth of the rapid changes that were taking place in Chinese society, and whether or not the people had a parallel spiritual life, as he would have liked to believe -“I wanted to know whether or not the sense of danger we feel when we approach a poisonous snake, or the sense of uncertainty we experience when faced with the dawn mist are associated with this mystic reality”-.
For the past three years, the principle themes approached in his work are the relationship between time, place, reality and artifice, and the examination of his working processes with respect to the truthfulness that he himself experiences. -“What is reality? What constitutes reality for you? We can approach it from many different perspectives that are directly related to our daily lives”. Fudong is concerned that the limits of what is real and what is not disappear on the film set. I, personally, would like to have the opportunity to tell him that his images transmit real sensations, that one is reminded of the limits of the projection, or the frame, when one feels a desire to know how the story evolves off screen and when one stops to admire the beauty of every instant captured by his camera.
The artist confesses that his instinct is to seek beauty and perfection in every one of his projects and, in order to attain it, has no qualms about rehearsing and filming as many takes as necessary. Enough, in fact, to be able to create posterior works using the discarded takes: Dawn Mist, Separation Faith.
Neither does he have any doubts about working side by side with designer Yin Xiaoming, in whom he has found an accomplice with the ability to translate his mental images into film sets.
Fudong wants to experiment with each new project as he himself feels different every time he finishes a piece. He dreams of spectators who are willing to accept the unlimited formal capabilities of audio-visual formats.
When given the opportunity to travel to one of his exhibitions, I didn’t think twice and, to be honest, I wouldn’t think twice about convincing the first friend I came across to repeat the experience, should the occasion arise again.
Fudong prefers not to give to many explanations, preferring to leave his work open to interpretation. I urge you to visit his web site and form your own ideas.