Los
Bosnios es un libro de relatos breves. El autor, Velibor Čolić, no
necesita más que unos párrafos para narrar historias particulares
capaces de mostrar las atrocidades de la guerra de los Balcanes que
padecieron un hombre tras otro, una mujer tras otra.
Unas
frases para describir al protagonista de cada relato con unas cuantas
características, las suficientes para demostrar que, en su mayoría, no
tenían nada que ver con esa guerra. Para demostrar el sinsentido al que
Manolo García se refería en Querida Milagros cuando escribía en la
carta de un soldado “No estaría de más que alguien me explicara qué
tiene esto que ver contigo y conmigo”. Enumerar muertes y resumir vidas.
Un libro con una estructura repetitiva hasta dar la impresión de que la
enumeración será interminable.
Hay
pocas concesiones. Aún así, hay espacio para la poesía, hay espacio
para un obús que no llegó a estallar en Bosnia en el que alguien
escribió apresuradamente “No todos los serbios son iguales”, hay humor
negro, hay gente que salvó vidas…
Velibor Čolić empieza Los Bosnios con una oración por los que se han ido, los
que se irán y los que se quedan; y acaba con una carta a un amigo
muerto. No se sabe si este escritor bosnio exiliado en Francia que
quiere creer en la victoria del bien sobre el mal, escribe el libro para
concienciar a quienes lo leemos de la barbarie y el absurdo de este (y
de cualquier otro) enfrentamiento bélico o como un exorcismo para tratar
de deshacerse de los sueños que siguen abrasándole.
“Ave María por las serpientes que tuvieron la sabiduría de meterse bajo tierra” –reza el autor-.
Velibor Čolić
Traducción de Laura Salas. Periférica.
Cáceres, 2013. 128 páginas, 16 euros.
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